Un Dios Santo
Dios no puede admitir en su presencia nada malo, ni injusto, ni impuro. La Biblia llama pecado a todas las cosas que hacemos que al Él no le agradan. También incluye nuestros pensamientos, cuando le son desagradables. E incluso llama pecado al dejar de hacer cosas buenas que deberíamos de hacer. Estas cosas que hacemos, pensamos o dejamos de hacer ensucian nuestro corazón; lo vuelven asqueroso ante Dios. Él advirtió al hombre que la paga del pecado que cometía era la muerte (Ro.3:23) y esta muerte implica estar separados de Él eternamente en un lugar de sufrimiento llamado infierno. ¿Quién se puede librar de esta muerte? Nadie, porque todos hemos pecado. Somos declarados culpables ante el tribunal divino. No importa quien seas o la cantidad de cosas buenas que hayas hecho. Has cometido actos que te hacen culpable.
Pensarás, ¿esto son buenas noticias? Espera, pon atención a lo que ahora viene. Para que uno pueda salvarse de algo, necesita ser consciente de cuál es el peligro. Y tu peligro en este momento es estar bajo condenación.